La escritura es producto de la imaginación, de la información, capacidad innata de todos los seres humanos. Pero para lograr una buena escritura, para ser capaces de contar algo, en forma escrita, pueden influir varios factores. Uno de ellos creo que es la lectura.
Una frase que leí de Benjamín me hizo pensar en mi capacidad y/o cualidad para la escritura. La frase decía: “[...] Es como si una capacidad, que nos parecía inextinguible, las más segura entre las seguras, de pronto se nos fuera sustraída”. Aquí se está refiriendo a la capacidad de contar historias en forma oral, la transmisión de boca en boca. Según él, de un tiempo a esta parte, la forma escrita, el culto por la novela y los libros ha ganado la pulseada frente a la oralidad. Por otro lado, yo creo que lo que cambio es la facilidad para reproducir textos, pero no creo que se haya perdido la transmisión de boca en boca, que además es, desde mi punto de vista, más fácil de aprender para las personas.
Siguiendo con un razonamiento un tanto simplista digo, todas las personas que se apropian de la lengua, es decir, que hacen uso de ella, en todas sus formas, están capacitadas para contar historias, transmitir información, etc. Y pueden hacerlo en forma oral o escrita (me interesa particularmente esta segunda forma). También creo que es un razonamiento, en cierta forma, influido por el estructuralismo de Saussure.
Este autor afirma, por otro lado, que la capacidad de aprender y utilizar la lengua (desarrollar el lenguaje) es innata, todas las personas cuentan con ella. Entonces, con solo manejar las reglas ortográficas y de puntuación cualquier persona puede escribir un texto argumentativo, narrativo, informativo.
También pienso en el paradigma indiciario expuesto por Ginzburg, si se toma a la escritura como un saber indiciario, es decir, que está en nosotros, que es innata (como supone Saussure), entonces en cuanto a cuestiones técnicas, las personas no tendrían grandes dificultades para contar una historia. En conclusión, tomando los preceptos del estructuralismo y/o del paradigma indiciario de Ginzburg, se puede decir que la escritura el acto preciso de escribir un texto, sea del genero que sea, no acarrea dificultades técnicas tan grandes como para que alguien se encuentre limitado para contar una historia en forma escrita. Lo cual creo que no es así, ya que las dificultades para lograr un buen trabajo escrito son muchas.
Partiendo de estas teorías, creo que las mayores dificultades para contar algo, en forma escrita, pasan por el estilo que se escoge, por la imaginación que se necesita y por la articulación entre las reglas de escritura y las ideas que se quieren volcar en el papel.
¿Cuando los problemas para escribir son de este tipo, imaginativos, estilísticos, qué puede o debe hacer la persona que desea realizar un trabajo de escritura? El primer consejo que se puede dar es que cada uno debe elegir un tema que sea interesante para si mismo y tratar de involucrar a los posibles lectores. A partir de ahí tiene que buscar un ritmo de escritura
En este último punto, en la búsqueda del ritmo y el estilo, es donde el autor/narrador puede apelar a leer como escritor. Esto quiere decir, que se leen textos, que no tratan, necesariamente, el tema que uno eligió, pero puede encontrar en ellos estructuras, bases, para luego ponerlas en su propio texto. Por ejemplo: yo puedo elegir escribir sobre cine, pero sacar algunas ideas de un cuento o un texto que nada tenga que ver con el cine, sólo será posible sacar ideas para armar la estructura o el estilo de mi propio texto.
Creo que es algo que hacen todos, hasta los escritores consagrados, muchos de sus trabajos, ya sean los cuentos de Walsh o las crónicas de Caparrós, por dar dos ejemplos, deben estar marcadas, en cierta forma, por sus lecturas previas. En algún momento de sus trayectorias se habrán visto en la necesidad de “tomar prestadas” ideas de otros autores. Y, quizás, hasta puede haber cambiado su forma de escribir después de leer y analizar un texto. Pero esto es algo que no puedo afirmar, por que no tengo como comprobarlo, y si tuviera la posibilidad debería realizar un trabajo de investigación mucho más grande. Pero en lo que respecta a mi experiencia si puedo afirmar que algunas lecturas han modificado mi forma de escribir, el problema es que, creo no haber conseguido, muchas veces, los objetivos que me había planteado.
Tomar ideas de otros autores tiene sus riesgos. Uno no debe perderse en ellos y debe saber manejar el estilo que va adoptar para su trabajo. No se trata simplemente de leer e imitar o intentar hacer algo parecido a lo que se leyó. Por ejemplo: el cuento de de Beckett, Bing, es particularmente raro, si se puede decir así y también puede resultar difícil de leer, ya que el autor no utiliza verbos ni conectores. Además es difícil imaginarse el contexto y el sentido del cuento, hay quienes dicen que es una situación de pareja, otros que es una pelea, en fin, cada uno le da un sentido. Es innegable que el cuento tiene mucho ritmo ya que no tiene comas, si no solo puntos. Después de leer algo así uno se puede ver tentado a escribir con ese estilo, pero para ello es necesario tener práctica, por que si no el texto carece de interés, se puede crear algo que no tenga ningún sentido que no genere nada en los lectores.
Para citar un ejemplo de textos que pertenecen a otro género, las crónicas de Martín Caparrós tienen un estilo muy particular. El “estar ahí”, en el lugar del que se cuenta, es algo que le da mucha credibilidad a sus historias. Quizás esto no es algo difícil de hacer. Pero, por otro lado, están las metáforas que utiliza el autor y la forma en que introduce voces externas.
En conclusión, así como hay distintas formas de escribir, también hay distintas formas de leer. y si estas formas de leer son con conciencia, con niveles de análisis profundos, puede modificar y ayudar a la escritura.
Una frase que leí de Benjamín me hizo pensar en mi capacidad y/o cualidad para la escritura. La frase decía: “[...] Es como si una capacidad, que nos parecía inextinguible, las más segura entre las seguras, de pronto se nos fuera sustraída”. Aquí se está refiriendo a la capacidad de contar historias en forma oral, la transmisión de boca en boca. Según él, de un tiempo a esta parte, la forma escrita, el culto por la novela y los libros ha ganado la pulseada frente a la oralidad. Por otro lado, yo creo que lo que cambio es la facilidad para reproducir textos, pero no creo que se haya perdido la transmisión de boca en boca, que además es, desde mi punto de vista, más fácil de aprender para las personas.
Siguiendo con un razonamiento un tanto simplista digo, todas las personas que se apropian de la lengua, es decir, que hacen uso de ella, en todas sus formas, están capacitadas para contar historias, transmitir información, etc. Y pueden hacerlo en forma oral o escrita (me interesa particularmente esta segunda forma). También creo que es un razonamiento, en cierta forma, influido por el estructuralismo de Saussure.
Este autor afirma, por otro lado, que la capacidad de aprender y utilizar la lengua (desarrollar el lenguaje) es innata, todas las personas cuentan con ella. Entonces, con solo manejar las reglas ortográficas y de puntuación cualquier persona puede escribir un texto argumentativo, narrativo, informativo.
También pienso en el paradigma indiciario expuesto por Ginzburg, si se toma a la escritura como un saber indiciario, es decir, que está en nosotros, que es innata (como supone Saussure), entonces en cuanto a cuestiones técnicas, las personas no tendrían grandes dificultades para contar una historia. En conclusión, tomando los preceptos del estructuralismo y/o del paradigma indiciario de Ginzburg, se puede decir que la escritura el acto preciso de escribir un texto, sea del genero que sea, no acarrea dificultades técnicas tan grandes como para que alguien se encuentre limitado para contar una historia en forma escrita. Lo cual creo que no es así, ya que las dificultades para lograr un buen trabajo escrito son muchas.
Partiendo de estas teorías, creo que las mayores dificultades para contar algo, en forma escrita, pasan por el estilo que se escoge, por la imaginación que se necesita y por la articulación entre las reglas de escritura y las ideas que se quieren volcar en el papel.
¿Cuando los problemas para escribir son de este tipo, imaginativos, estilísticos, qué puede o debe hacer la persona que desea realizar un trabajo de escritura? El primer consejo que se puede dar es que cada uno debe elegir un tema que sea interesante para si mismo y tratar de involucrar a los posibles lectores. A partir de ahí tiene que buscar un ritmo de escritura
En este último punto, en la búsqueda del ritmo y el estilo, es donde el autor/narrador puede apelar a leer como escritor. Esto quiere decir, que se leen textos, que no tratan, necesariamente, el tema que uno eligió, pero puede encontrar en ellos estructuras, bases, para luego ponerlas en su propio texto. Por ejemplo: yo puedo elegir escribir sobre cine, pero sacar algunas ideas de un cuento o un texto que nada tenga que ver con el cine, sólo será posible sacar ideas para armar la estructura o el estilo de mi propio texto.
Creo que es algo que hacen todos, hasta los escritores consagrados, muchos de sus trabajos, ya sean los cuentos de Walsh o las crónicas de Caparrós, por dar dos ejemplos, deben estar marcadas, en cierta forma, por sus lecturas previas. En algún momento de sus trayectorias se habrán visto en la necesidad de “tomar prestadas” ideas de otros autores. Y, quizás, hasta puede haber cambiado su forma de escribir después de leer y analizar un texto. Pero esto es algo que no puedo afirmar, por que no tengo como comprobarlo, y si tuviera la posibilidad debería realizar un trabajo de investigación mucho más grande. Pero en lo que respecta a mi experiencia si puedo afirmar que algunas lecturas han modificado mi forma de escribir, el problema es que, creo no haber conseguido, muchas veces, los objetivos que me había planteado.
Tomar ideas de otros autores tiene sus riesgos. Uno no debe perderse en ellos y debe saber manejar el estilo que va adoptar para su trabajo. No se trata simplemente de leer e imitar o intentar hacer algo parecido a lo que se leyó. Por ejemplo: el cuento de de Beckett, Bing, es particularmente raro, si se puede decir así y también puede resultar difícil de leer, ya que el autor no utiliza verbos ni conectores. Además es difícil imaginarse el contexto y el sentido del cuento, hay quienes dicen que es una situación de pareja, otros que es una pelea, en fin, cada uno le da un sentido. Es innegable que el cuento tiene mucho ritmo ya que no tiene comas, si no solo puntos. Después de leer algo así uno se puede ver tentado a escribir con ese estilo, pero para ello es necesario tener práctica, por que si no el texto carece de interés, se puede crear algo que no tenga ningún sentido que no genere nada en los lectores.
Para citar un ejemplo de textos que pertenecen a otro género, las crónicas de Martín Caparrós tienen un estilo muy particular. El “estar ahí”, en el lugar del que se cuenta, es algo que le da mucha credibilidad a sus historias. Quizás esto no es algo difícil de hacer. Pero, por otro lado, están las metáforas que utiliza el autor y la forma en que introduce voces externas.
En conclusión, así como hay distintas formas de escribir, también hay distintas formas de leer. y si estas formas de leer son con conciencia, con niveles de análisis profundos, puede modificar y ayudar a la escritura.
2 comentarios:
Creo que como tú has dicho, cualquier persona puede construir una narración, lo que pasa que la gente que no se ha parado nunca a escribir no lo sabe. Quizá sea eso lo que hace que hoy en día haya tanta cacafuti ahí fuera y sea sobrevalorada.
Interesante.
Saludos!!
Buenisimo, me sirve mucho como docente rural. Muchas gracias..
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